¿A dónde van los residuos de envases domésticos que no se consiguen reciclar?

Actualmente existen dos opciones legales para los residuos de envases que no se consigan reciclar: la valorización energética (o incineración con recuperación de energía) y la eliminación (o envío a vertederos controlados), siendo esta la última opción en la jerarquía de opciones de gestión de un residuo.  

Las instalaciones para la valorización energética y la eliminación de residuos deben cumplir lo previsto en el Real Decreto 815/2013 de prevención y control integrado de la contaminación, que determina todos los condicionantes ambientales que deberá cumplir la actividad de que se trate, incluida la fijación de los valores límite de emisión de los contaminantes al aire, agua, residuos y suelo. 

Los porcentajes de reciclado, valorización energética y eliminación de todos los países europeos, entre ellos España, pueden consultarse en la página web de Eurostat (la página de estadísticas oficiales de la Comisión Europea), concretamente en la sección Packaging Waste Statistics. Además, anualmente el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITERD) publica su Memoria anual de generación y gestión de residuos, donde puede encontrarse mayor detalle de información.  

La normativa europea relativa al vertido de residuos incorpora dos hitos importantes que todos los estados miembro deben cumplir en el medio plazo: 

  • Garantizar que, a partir de 2030, todos los residuos aptos para el reciclado u otro tipo de valorización, no sean admitidos en vertederos, con excepción de los residuos para los cuales esta opción sea el mejor resultado medioambiental. 
  • Garantizar que para 2035 la cantidad de residuos municipales depositados en vertederos se reduzca al 10%, o a un porcentaje inferior, de la cantidad total de residuos municipales generados (en peso). 

En este sentido, la aspiración de Ecoembes es contribuir a que en un futuro se envíen cero residuos a vertedero, y para ello impulsamos la sostenibilidad en nuestro ámbito de responsabilidad (los envases domésticos ligeros) como eje clave de nuestra función social, a través de tres palancas: favorecer una sociedad 100% recicladora, impulsar la producción y el consumo responsable y facilitar la operativa del reciclaje.